miércoles, 8 de diciembre de 2010

Sin título 9 menos 1

Sobre el suelo.


Abrió los ojos. Su cabello se mezclaba con la tierra húmeda y las hojas secas del final de otoño. Respiraba lenta y profundamente. ¿Lo sientes?. Su fuerza iba cayendo en picado pero era capaz de pensar con claridad. No podía apenas moverse. Sus músculos estaban paralizados. ¿Por qué allí?. Las nubes iban formando figuras sobre un cielo naranja, dibujaban su historia mediante códigos que sólo unos pocos conocen.


Después de un tiempo, decidió que era el momento. Se dio la vuelta y con gran esfuerzo se levantó. No tenía zapatos.


Se quedó inmovil mirando al frente, y fue ese el momento en el que se acordó: Las tortugas ninjas! Las pastillas juanolas en la mano del abuelo. El cuento de Tan. La sensación en Karl-Liebknecht St. Los dientes de Greg. Mi Canción. Los bailes en San Benito. La noche que me hizo dormir un día. Malibú. Mi querido Daniel que no jugaba al futbol. Noviembre en la azotea. Las ardillas de Hyde P. Mis lágrimas en tus lábios. Avión. La olympus. El sonido de la vuelta en metro hacia la República. M. Las canciones en el peugeot cereza. Úrsula, este es Marco. La voz de Mufasa.  Irene y las cabínas telefónicas.  La receta de la tarta de chocolate y galletas. Marco esta es Úrsula. El juego de la bomba. Las conversaciones en la escalera. Otros aviones. El cielo, las nubes... las nubes, el suelo. Silencio.


No se oía a nadie cerca. 



 

martes, 7 de diciembre de 2010

Hasta vaciarnos

Me he despertado hacia las diez, la luz entraba por la ventana, aunque era otro día gris, un par de rayos fugitivos apuntaban a los pies de la cama. Me he vuelto a quedar dormida, hasta una hora y poco después no me he levantado y me he hecho tostadas con mantequilla  mientras veía en la tele los dos pandas rojos que han adoptado en Firefox y que los Strokes van al FIB. Me he quemado la lengua con el café. He vuelto a la cama. No hacía nada de frío. He estado recogiendo hasta la hora de comer cuando ha venido Guille y me ha preparado su revuelto de setas. Hemos visto unos cortos en el ordenador, hemos fumado hasta vaciarnos. Cuando se ha ido, me he acordado de tí, he bajado al chino a comprar un álbum para las fotos del viaje. Llovía y no he encontrado lo que buscaba. Me he mojado los bajos del pantalón. He visto tres rayos y oído tres truenos mientras volvía, pero me ha despejado. He leído unos capítulos del libro que llevo ahora, me he conectado al Facebook y he visto un comentario en la foto del fin de semana pasado que me ha hecho pensar en cuando estábamos juntos. Luego he quedado con éstos para tomar algo donde siempre. Antes de salir  me he bebido la última cerveza que quedaba de un trago y he engañado a mi estado de ánimo con música alegre de los 80. El camino se me ha hecho corto y el mp3 se ha jodido. Nos hemos echado unas risas. Un tío en la cola del baño me ha dicho lo que le encantaban mis trenzas, a mi también me gustan. Me ha sorprendido una de las doce conversaciones que he tenido. Javi ha intentado besarme y yo lo he abrazado para esquivarle, estaba más borracho que yo. He gastado todo lo que llevaba. Pedro me dejado con la vespa en el portal.  Y ya no he podido dormir como siempre me pasa.


martes, 30 de noviembre de 2010

oo..o-.o..o-o. o.o

Manos vacías (handy leer). Todo este mal, sigue. ¿De dónde viene?, ¿quién lo hace crecer? Los propósitos y el sentido se esfuman. Y las preguntas. Y las miradas. Los humanos. Posiblemente la fuerza de aquel abrazo fue lo que hizo que su músculo latiera. [Las luces están apagadas]. No es salir del coma, es más bien como cuando sueñas con algo agradable y recién levantado te acuerdas, pero vas a hacer pipí y al volver a la cama te quedas dormido.

Se moría por uno de esos sobres de azucar que ponen junto a las tazas vacías en las cafeterías por las mañanas. Más de una vez me dijo 'Llevan la porción exacta'. Una vez que lo tomaba no volvía a quejarse del frio en al menos una hora. Nunca encontré la relación. Abrió mucho los ojos con el gesto afectivo, por un instante parecía real, la vida corría por sus venas. De no haber sido por ese sonido cuando se acababa la batería, nadie se habría dado cuenta jamás.





martes, 23 de noviembre de 2010

Weißt du eigentlich wie lieb ich dich hab?





No sé por qué motivo lo recuerdo con tanta claridad. 

Aunque era mediodía, mirando el cielo cualquiera podría pensar que estaba atardeciendo. Iba en bicicleta y había comenzado a llover muy suavemente. No llevaba guantes, asi que subí las escaleras como pude y esperé el U41 debajo de la parte techada.



Antes pensaba en ésta como una ciudad gris, y ahora sé que me confundía de color. Tiene matices grises desde luego, pero su verdadero color está entre el verde y el azulado, un azul grisaceo quizás. En mi cabeza es inconfundible.



En esa época vivía con Jude, mi compañero de piso, a quien cada vez que entablábamos una conversación sobre las cosas de la casa, mi imaginación me hacía verlo arder y correr por todo el salón hasta que, irremediablemente, saltaba por la ventana rompiéndola en mil trocitos. Justamente ese día no me apetecía empezar con una de esas charlas-búcles. No quería ver a nadie saltar al vacio. Retrasé todo lo que pude la vuelta hasta que mis piernas y mis dedos helados dijeron basta.

Me tapé las orejas con el gorro, metí las manos en los bolsillos e intenté hacerme lo más pequeño que pude. Veía a la gente pasar, abrir y cerrar y abrir y cerrar los paraguas. Tan concentrado estaba en ese vaivén que no la vi llegar. Con una pronunciación no muy buena, me preguntó si sabía algo de inglés y si en la parada donde estábamos llegaba el S9. Sólo pude ver una nariz rosada por el frio y unas ojeras malvas. Abrigo, gorro, bufanda y el consiguiente mapa me hacían dificil imaginar el resto, pero intuí una de las más bonita de las sonrisas que nunca me han regalado. 

Terminando de explicarle cómo llegar al aeropuerto de Schönefeld, mi inoportuno tren llegó.




Antes de salir de casa solía hacer una lista mental de lo que voy a hacer (aunque siempre me olvidaban cosas) y tenía ese recorrido tan marcado dentro de mi que no fui capaz de improvisar para invitarla a una taza de vino caliente en Potsdamer Platz después de tirarnos en trineo en la plataforma que habían instalado muy cerca de allí. Me hubiera gustado tanto combatir el frio de noviembre jugando al escondite con ella entre mis sábanas. O acompañarla al aeropuerto, enterarme de dónde provenía aquel acento, preguntarle qué hacía allí sola..



Las puertas del vagón se cerraron y nos separaron.


No dejé de mirarla hasta mucho depués que el vagón girase. 
También ella me siguió con su sonrisa mientras me alejaba



 

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Don't panic


Nunca vas a saberlo.



Es desidia, standby, la nada. No produce, no da, no nada. Un día entero. Antes me hablaron de una ciénaga y ayer leí sobre un agujero en un suelo, una especie de pozo profundo del que es imposible salir.


Lo que yo veo es más como un gran prisma rectangular de cristal, dónde floto sin más. Sólo floto. Sola. Donde siempre veo las mismas ocho esquinas. En el que hay días en que esa nada se apodera de mi mente y mi cuerpo y entonces me quedo justo en el medio, sin apenas moverme. Y un blanco sucio me acoge. No hace frio. No hace calor.


Pero también hay días en los que puedo pasear, sin importarme la gravedad, voy de arriba a abajo y no me despeino. Estoy tan cerca del exterior que casi puedo tocarlos. Mis manos se pegan al frio cristal y mi aliento forma vaho con el que juego a escribirte frases imposibles.











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domingo, 17 de octubre de 2010

De sendas y caminos

Emerick apoyó su cabeza contra la ventana, el traqueteo lo mareaba aun más. Se puso erguido y leyó uno de los pequeños carteles que esa semana habían pegado dentro del vagón:

En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón.

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir;
Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.


Pensó en Jocelyne, en Lea y en Clodette. Intentó memorizar la poesía. Se bajo en la siguiente parada. Subió las escaleras mecánicas y vió la luz del día. La gente estaba vestida de domingo. No hacía frio. Llegó a casa, todo estaba tal cual lo dejó: platos sucios en su habitación, el albornoz en la cama, olor a cerrado y el ordenador encendido. Se quitó la sudadera y se sentó frente a la pantalla, la miró fijamente, buscaba una respuesta, buscaba La respuesta. 








Quedan setenta y cinco días para finalizar el año, ¿qué voy a hacer?




jueves, 14 de octubre de 2010

lunes, 11 de octubre de 2010

Norwegian Wood

No puedo hablar bien dijo Naoko. Me pasa desde hace un tiempo. Cuando intento decir algo, sólo se me ocurren palabras que no vienen a cuento o que expresan todo lo contrario de lo que quiero decir. Y, si intento corregirlas, me lío aún más, y más equivocadas son las palabras, y al final acabo por no saber qué quería decir al principio. Es como si tuviera el cuerpo dividido por la mitad y las dos partes estuviesen jugando al corre que te pillo. En medio hay una columna muy gruesa y van dando vueltas a su alrededor jugando al corre que te pillo. Siempre que una parte de mí encuentra la palabra adecuada, la otra parte no puede alcanzarla.

lunes, 4 de octubre de 2010

Se estremece con el viento como la última hoja de un árbol que se muere

Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo. Hago lo posible por no pasar por su calle ¿para qué hacer las cosas más difíciles? aunque a estas horas ya estará acostado. No pasan coches por la carretera, tengo frio, empieza a notarse el cambio de estación. Acabas de volver y mira cómo me has dejado.  Sin embargo, sigues lejos para lo que necesito. En la otra punta del mundo son ahora las siete de la mañana, de mañana, del futuro. A lo lejos veo un grupo de gente saliendo de un bar. No. Sigue tu camino.

Ey, guapa...ey, mírame! Guapaaa..
 
No importa, sigo andando, están demasiado borrachos como para intentar nada. Siento unos pasos cada vez más rápidos en mi dirección.Giro y le veo.

Perdona, lo siento, él no quería asustarte, va fatal, sabes? estamos esperando a que se le pase el ciego..
...?

Camina, sigue caminando. No puedo.

Perdona te he visto ff... Sólo..sólo, quería pedirte fuego..

Una sirena suena, nunca diferencio la policía de la ambulancia. No puedo oir lo que me dice. Me acerco.  Y su olor me hace querer estar más cerca. Me pierdo. Me he fabricado un mundo de plastilina en la azotea, donde todos los días son sábados por la tarde, podemos jugar hasta que se ponga el sol, por la noche iremos a cenar a un sitio nuevo que me han recomendado, te va a encantar. Puede que el vino me haga sonreir más, pero te prometo que no será ninguna excusa para darme el impulso que necesito contigo. Voy a arriesgarme. La próxima vez. Nos cogeremos de la mano.

Antes de subir los escalones del portal veo en la esquina unos novios comiendose a besos.  Ha empezado a llover.

Me miro la camiseta en el espejo de la entrada, pone: Demasiado amor te matará. 
Ahora que lo recuerdo, yo no fumo.




miércoles, 29 de septiembre de 2010

Scramble Kousaten


Las más de trece horas de vuelo le estaban retumbando en la cabeza, pero estaba allí, prueba conseguida se repetía  mientras recogía su maleta de la cinta transportadora. El viaje era importante, la ciudad también lo era y el porqué de aquel cruce no iba a ser menos. Dejó todo en el hostal y salló, aun le quedaba una noche para el encuentro. 

Las mismas cuestiones que se planteó mientras compraba el billete de ida, le volvieron a acechar.. Miedo. Pero ahora era distinto, ahora estaba allí y no había vuelta atrás. Luces, carteles y gente por todas partes Demasiada gente. Estaba anocheciendo, subió a su diminuta habitación. Tenía la cabeza tan saturada que fue incapaz de cenar nada. Mañana es el día. Y si no va bien, no importa, esta ciudad es preciosa, tendré diez días para verla..

Miércoles, 29 de Septiembre en el cruce de Shibuya. 
Justo debajo del árbol, delante del centro comercial Ichimarukyū.





No podía dejar de mirar a todos lados, ¿por dónde llegaría? miró el movil, ya era la hora. Pero no tenía su teléfono grabado, ni siquiera sabía en qué hotel se quedaba. ¿Y si había perdido el avión? ¿y si se había perdido con tanta gente? ¿por qué tuvieron esa absurda idea de encontrarse allí? quizás deberían haber quedado en la plaza que hay en frente de la estación, la plaza Hachiko, donde está la estatua, es el punto de espera más popular de la ciudad, y no hay tanto transito, sólo gente que espera y espera y espera y otra vez el stop para los coches y veloces asiáticos de un lado para el otro.





Desde atrás le atrapan unos brazos frios y suaves: "I'm here" le susurra alguien al oido. Demasiado alta para ser una japonesa, piensa. Desde lejos se ve cruzando a dos extranjeros, ella no para de gesticular para hacerse entender en inglés, él no puede dejar de sonreir.







Y si por casualidad no encontramos, es hermoso. Si no, no puede remediarse, dice F. Perls.

martes, 28 de septiembre de 2010

¡Qué dientes más grandes tienes!

¿Será capaz Caperucita de ser responsable (por una vez) y burlar al maldito lobo? ¡NO! Caperucita debe seguir arriesgándose en su vida, ir sola a ver a su abuelita y quizás algun día incluso conozca un buen lobo con quien tener una charla agradable y quién sabe qué más. Vamos, pequeña ¡estamos contigo!






PD: Puede que gracias al lunes, esté siendo un Gran-Martes :)

domingo, 26 de septiembre de 2010

Incendios

Le fascina* el hecho de salir a las dos menos diez para ir a comprar tres piezas de pan crujiente, tan recién hecho que se lo dan en una bolsa de papel (marrón) en vez del desagradable plástico. Morder un trocito caliente mientras sube las escaleras. No hay nadie en casa. Sale al balcón. Rayos de sol. En la mesa Las llanuras del transito le tientan ─No es el momento─ piensa, en el reflejo de la puerta se descubre una sonrisa. Vuelve adentro, recoge una sudadera negra que no es suya. Se sienta en la cama deshecha y aprieta con fuerzas la prenda. Aun no es consciente de todo lo que pasó ayer.

       *fascinar.
        (Del lat. fascināre).
         1. tr. Engañar, alucinar.
         2. tr. Atraer irresistiblemente.



Consiste en permitir que todos los sucesos sucedan. Ahora lo escribo yo. Ahora es mio. Arden las sombras. Me encanta jugar con las palabras, pero ahora mismo quiero que me entiendas, tendré que quitarme el disfraz. Sé sincero, no hagas trampas, nadie te mira, sólo tú. Ahora sí, es el momento. Cuántas ganas, cuánta energía. Hay que aprovechar. Arden. Arde. No más anhedonia. Empieza a hacer frio, y es agradable. Abrazos para producir un incendio. Eso es lo que necesito quiero. Lunes martes miércoles jueves viernes sábado y domingo.







─Un melón; un panda malvado; o sandalias con los puntos tsubo; el olor del borrador de la pizarra; la lluvia en domingo. Todo eso… me gusta… me gusta más que este pan.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Suave

E. Fuego de un mechero. Como siempre, una fuerza invisible me atrapa y me impide seguir. N. Saber que plutón ya no es un planeta lo ha cambiado todo. Claro está, sucedieron cambios de lo más oportunos, quizá demasiados proyectos, pero no, eso en mí nunca está de más. Dátiles. Caritas y más caritas, es desagradable, y simple. Lo intento, por las promesas y por la curiosidad. Warrior’s dance. Así vuelve a su ser. C. 

Al fin otoño, nunca había apreciado tanto esta estación como ahora. Propósitos. ¡Lo he visto! ¡lo he visto! estaba en el Pasaje de los Azahares, frente a los cristales de un escaparate, sujetando el manillar de la bicicleta, tenía que ser él. R. Se usan para condiciones imposibles o muy difíciles de conseguir en el presente o en el futuro.  I.  El hombre invisible. ¿No es fántástico el nuevo anuncio del Corte Inglés? el de las nubes. También podría tratarse de una bandada de pájaros, o mejor sombras de pájaros. Estilo directo:    This morning J.M. said to me : “Your skin is very soft”. P. O ayer en el gimnasio, mezcla de sensaciones. Y dolor. T. Tiempo. – Sabes que con eso no vas a conseguir nada, deja ya de huir, afronta que estás donde estás y eres quien eres. A. 

El jueves pasado me acordé y como estaba cerca decidí probar suerte. La tienda es muy pequeña y está llena de cajas cilíndricas hasta el techo, la decoración concuerda perfectamente con el producto. Cuando llegué vi a una pareja joven conversando con la dependienta, y como ya eran casi las nueve, decidí volver otro día, para que me atendiera total y exclusivamente. Llévame a volar por la noche. Te necesito cada una de ellas. Dicen que el amor siempre estará ahí para nosotros. D. Será esta música. Estilo indirecto: This morning J.M. said to me that my skin was very soft. Se ha derramado la copa entera en el vestido, hoy no ha sido una de esas madrugadas en las que está radiante, pero sigue brillando. A. Tanto mundo interior no es saludable.


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domingo, 12 de septiembre de 2010

Capítulo 19


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[…] me negaba a soportar espinas clavadas en el corazón aun al precio de no sentir ya su latido.



jueves, 2 de septiembre de 2010

Capaz

Era 3 de Septiembre de 2006, la sonda espacial SMART-1 hacía impacto sobre la superficie lunar. Svea se preguntaba por qué estaría tan mal visto ir sola a eventos como el cine o un concierto. Lo primero no tanto, sobre todo si el que lo hacía era un hombre, pero lo segundo, pocas personas había tan decididas. Y sin embargo nadie se asombraba si veía la película que más le gustaba en su casa, sin comentarios adicionales. Suponía que a medida que madurara dejaría de prestar atención a ese tipo de cuestiones culturales. Pero no fue así. Y si esa semana viniera el grupo de música que sólo a ella le gustaba, tendría que convencer al amigo de turno para que le acompañase. Ir sola era raro.

En una sociedad cada vez más imdividualizada, debería aprender a hacer cosas independientemente del resto, a poder estar y ser sin necesidad de nadie más.  "Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.". Sería triste sentirse incómodo con uno mismo... como esas parejas que ya no se adoran, que incluso tienen momentos en los que no se soportan, pero prefieren eso a la soledad. O esas amistades de foto donde no existe interés sincero por la persona en sí, solo miedo.

Lo siento pero así no juego Svea se miró en el espejo y se sintió valiente. Se prometió que iría sin nadie a aquel concierto hipotético para demostrarse de lo que era capaz.
No fue. El día que vinieron Frankie Rose and the Outs, hizo el recorrido mental hasta la sala más de diez veces pero fue incapaz de abrir la puerta de su casa para salir.
Your Heart Is An Empty Room

miércoles, 25 de agosto de 2010

Ácido

- ¿Cómo pretendes vivir así?

- ¿Quién ha dicho que quiera hacerlo? Sólo sobrevivo... ¿no has escuchado eso de dejarse llevar?.- Contestó con una media sonrisa.

- No te lo aconsejo.

- ¿Qué otra cosa iba a hacer?

- ¡Siempre se puede hacer algo!

- Pero llega un momento en el que no quieres nada, Quieres descansar y ser mecido por las olas. .- Fue apagando su voz.- Hoy me ha llamado.- Dijo casi susurrando.

- Déja que adivine, sigue con lo mismo, ¿no?

- ...Ese no es el problema, el problema siempre he sido yo. El problema es que no he sentido nada. Y luego tampoco.. ni siquiera ahora.

- Los nadas y siempres suelen ser peligrosos, tanto como los nuncas...

- ¿Y por qué me da igual? Esto no es sano.

- ...








... y no sentir nada.


jueves, 19 de agosto de 2010

JMA

En ocasiones y en ciertas condiciones, los individuos pueden ser casi autónomos. Un individuo puede vivir solo, sin preocuparse por el rango, pero ninguna especie puede sobrevivir sin la interacción de los individuos. El precio último sería mas contundente que la muerte: supondría la extinción. Por otra parte, la subordinación total del individuo al grupo tiene un efecto igualmente destructivo. La vida no es estática ni inmutable. Sin individualidad no hay cambios ni adaptación; en un mundo mutable por naturaleza, cualquier especie capaz de adaptarse está condenada a desaparecer.

Wolves


Hacer fotos constantemente te convierte en un observador, te aíslas automáticamente del momento..



viernes, 13 de agosto de 2010

Piranha

Miles de vatios de sonido. Sonrisa autómata en sus labios. Quería fingir, no pensar en nada de puertas afuera del local.


Había conseguido meter ese ritmo en su cabeza, palpita en su pecho, y ahora sus extremidades son independientes, se mueven creando formas irreales, todo su cuerpo baila con los ojos cerrados, como el mar en una continua danza. Siente unos brazos cálidos alrededor de su cintura, no la va a hacer parar. Déjate llevar, recuerda.


Es el trance que quería sentir cuando se topó con las luces de neón que anunciaban aquel lugar. Un pub que se llena los sábados por la noche con personas que saben a lo que van y personas que no tienen ni una leve idea de lo que quieren, con alguien solitario en la barra aferrado a una copa y con demasiadas miradas perdidas.



Y ella, que no buscaba porque no quería encontrar.


Demasiado por hoy. Le susurra que va al baño, y él con una sonrisa le dice:


- No te escapes, ¿eh?



Ella le sonríe sin decir nada. Se pierde entre la gente, se va. Recoge el abrigo del vestidor con prisa. Fuera
está amaneciendo y hace frío, pero aun no lo siente. Anda. Corre. Huye.




En aquel lugar no pasaban las horas.




PD: Saludos al espía. Le animo a participar en el blog. Apenas muerdo ya.

jueves, 29 de julio de 2010

Kolniður


Mientras todos maldicen el sofocante calor de la ciudad, él está tranquilo en su habitación sin aire acondicionado, solo entre cuatro paredes. Sus padres se fueron a ese viaje que suelen realizar los adultos para celebrar que siguen soportandose después de todo. Su hermano hace como que estudia para las demasiadas asignaturas que no aprobó en junio. Es su espacio, sus horarios, su mundo que sale estos calurosos días del años. El miércoles dudó si invitar a Patricia a cenar, hacía tiempo que no sentía nada por ella, pero le gustaba su compañía y sobre todo su forma de hablar (sin parar) de la música, envidiaba la pasión que ponía al componer canciones para su nuevo grupo, The Shonen Knife. Él jamás había sentido nada parecido, ni siquiera cuando le regalaron un lienzo con pinturas unas Navidades. Era como si estuviese esperando una habilidad que consiguiese evadirle del mundo cuando se tornaba insoportable, y que nunca aparecía.

Pero en aquella habitación podía desplegarse. Y lo hace. Llega al estado de semi-inconsciencia tumbado en la cama. Flota. El mundo se ralentiza y obtiene otras perspectivas que desconocía. Juega con su estado de ánimo y el reproductor de Windows Media, mientras saborea un helado de nueces. No hay más.





Kolniður og dimmur lekur blek


*


sábado, 10 de julio de 2010

noches silenciosas

Verano. tren interminable. desolado paisaje de antenas y de cables. no me siguen. Vuelvo a la primera persona. No encuentro a mis -los Otros-. Me dijeron que debía encontrarlos. para ello debía irme. Echaré de menos el autobús. sola. pero no encuentro el valle. y no tengo esas ganas. supervivencia. Tienen la mirada perdida. son historias muy distintas. Debería seguir. Duele no sentirlo. al menos sé interpretar la atmósfera, no?. no lo fuerces. Recuerda aquellas luces. Des-vinculación. salud. bienestar. Estoy segura de que no tienen nada dentro. Vuelvo a la posoción horizontal que pausa el ritmo. Son incapaces de volar. Se protegen con sus trajes. hay momentos en los que debes apartarte, desaparecer. Sentados correctamnete en sus asientos de tela gastada. Existe un buscador de asesinos en serie, es curioso que sea algo que llame tanto la atención. después de este año no me asombra tanto ver miembros sueltos en el telediario. Empecé el lunes. no hay libertad, era todo mentira. sería incapaz. estamos llenos de ese sentimiento. avances que hacen que la maquinaria no vibre. mientras, le pongo banda sonora a imágenes repetidas. Personas grises.

Y entonces, lo comprendo todo. El tren no era más que el recuerdo de esos años en los que dormía sin parar porque no encontraba lo que buscaba. La canción me dió el impulso que me faltaba. Y si las cosas empiezan a encajar?


domingo, 6 de junio de 2010

La madona de los olvidados

"Al atardecer de un resplandeciente día de julio, mientras los veraneantes se divierten en la playa con la despreocupación lógica de los días de descanso, en París, los curiosos agobiados por el calor contemplan el estallido de los primeros fuegos artificiales tradicionales.

Amélie Poulain, a quien también llaman la madrina de los desheredados o la Madona de los olvidados, ha sucumbido presa de un grave agotamiento. Por las calles de un París agobiado por la pena, millones de anónimos ciudadanos se apiñan al paso del cortejo fúnebre, testimoniándole en silencio el inmenso dolor de sentirse huérfanos a partir de ahora.

Extraño destino el de ésta joven mujer, siendo ella misma una desposeida y sin embargo tan sensible al discreto encanto de las pequeñas cosas de la vida.

Una gran obra mundial de ayuda humanitaria



Como Don Quijote, Amélie decidió luchar contra el implacable molino de todas las miserias humanas.



Un combate perdido de antemano, que consumió prematuramente su vida.
Con apenas 23 años, Amélie Poulain, agotada, dejó su corta existencia de vida en los remolinos de la desdicha universal".

domingo, 2 de mayo de 2010

_

Te puedes acabar obsesionando. Cuando realmente lo único que quiero ahora es tumbarme en un parque con alguien*, sin hablar, sólo mirando cómo cambian de forma las nubes que pasan. Sin dejar que nos traguen.




_ alguien lo suficientemente interesante como para que merezca la pena conocerle.

lunes, 26 de abril de 2010

Nubes y otros monstruos voladores

*



Me dedicaré a terminar los trabajos, leer a mi Ayla, los cuentos de B.B., y La mecánica, me centraré en hacer fotos para mi, cuanto menos técnicas y más baratas mejor. Ahorraré dinero y me iré. O dejaré que cualquier nube me trague.



viernes, 26 de febrero de 2010

INTELIGENCIA: capacidad de adaptarse al ambiente, según la información que recibes, en función de un fin propuesto.

viernes, 15 de enero de 2010

prolongaciones, no mutaciones

Nada ni nadie lo ha previsto. Y de repente, el azar hace que aquellas dos miradas se crucen. Un hálito de deseo enciende el instinto. Las neuronas se tensan, la respiración se comprime, la piel del alma se eriza.
Después, se inicia un baile de siete o cuarenta y siete velos, los que hagan falta. Dos mentes se van entrelazando, a veces con el fino hilo de la sinceridad, a veces desde la mentira untada de brea pegamentosa.
Luego, el compromiso, el contrato y, al poco, la rutina, ese espacio de horas descoloridas donde todo el aburrimiento emerge.


[...]

Somos ejemplares únicos e irrepetibles, que sólo aceptamos e integramos los cambios que están latentes y a veces dormidos en nuestra intimidad más profunda. Buscamos prolongaciones, no mutaciones. Y sólo en la prolongación nuestro cerebro se extiende y encuentra su justo espacio, atmósfera y motivo.
[...]

A.B.



Un gran descubrimiento, por eso me gusta el autobús.

martes, 12 de enero de 2010

R.H.

No me ha resultado tan desagradable como de costumbre, al fin y al cabo es un trabajo de observación y me gusta, será por el tiempo a solas y la música, pero concretamente hoy ha estado bien. Me convertiré en una experta en relaciones humanas, y no, no es lo que estás pensando (nunca suele serlo), es mucho mejor.