domingo, 28 de agosto de 2011

Domenica


Suenan unos ladridos lejanos. Es la señal. Te imagino en el porche, al más puro estilo americano, apoyado en la baranda, mirando sin ver. Es verano, pero huele a tierra mojada, las tormentas de verano. Es temprano, no podías dormir y te has levantado de mi lado. Con intención de leer, dejaste tu libro empezado encima del típico banco de madera del porche. Nuestro porche de nuestra casita de nuestro verano. Pongo música dentro, Branda Leo, ¿por qué no? encaja. I wonder. No quiero estropear este momento. No quiero plantearme mi futuro. No quiero hacerme preguntas tontas sobre si eres esa persona que siempre se busca. No quiero saber qué vamos a almorzar, si sacaste algo del congelador, si están cerradas las tiendas. Me da igual si dentro de dos semanas te vas o me voy. Lo que importa es ahora. Me quedo inmóvil, sin dejar de mirarte. Quiero congelar esa imagen en mi cabeza. Estudio con detalle luz, color y temperatura.

Despierto en una cama de 90. Nunca he estado en América ni quiero tener un porche de madera. En el frigorífico me esperan los espaguetis con tomate de ayer. 

ni siquiera 
te conozco.




Se me olvidaba, es domingo.