viernes, 13 de agosto de 2010

Piranha

Miles de vatios de sonido. Sonrisa autómata en sus labios. Quería fingir, no pensar en nada de puertas afuera del local.


Había conseguido meter ese ritmo en su cabeza, palpita en su pecho, y ahora sus extremidades son independientes, se mueven creando formas irreales, todo su cuerpo baila con los ojos cerrados, como el mar en una continua danza. Siente unos brazos cálidos alrededor de su cintura, no la va a hacer parar. Déjate llevar, recuerda.


Es el trance que quería sentir cuando se topó con las luces de neón que anunciaban aquel lugar. Un pub que se llena los sábados por la noche con personas que saben a lo que van y personas que no tienen ni una leve idea de lo que quieren, con alguien solitario en la barra aferrado a una copa y con demasiadas miradas perdidas.



Y ella, que no buscaba porque no quería encontrar.


Demasiado por hoy. Le susurra que va al baño, y él con una sonrisa le dice:


- No te escapes, ¿eh?



Ella le sonríe sin decir nada. Se pierde entre la gente, se va. Recoge el abrigo del vestidor con prisa. Fuera
está amaneciendo y hace frío, pero aun no lo siente. Anda. Corre. Huye.




En aquel lugar no pasaban las horas.




PD: Saludos al espía. Le animo a participar en el blog. Apenas muerdo ya.

1 comentario:

  1. Neutralizar(se) uno mismo para poder (ser) un poco más uno mismo.

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