jueves, 29 de julio de 2010

Kolniður


Mientras todos maldicen el sofocante calor de la ciudad, él está tranquilo en su habitación sin aire acondicionado, solo entre cuatro paredes. Sus padres se fueron a ese viaje que suelen realizar los adultos para celebrar que siguen soportandose después de todo. Su hermano hace como que estudia para las demasiadas asignaturas que no aprobó en junio. Es su espacio, sus horarios, su mundo que sale estos calurosos días del años. El miércoles dudó si invitar a Patricia a cenar, hacía tiempo que no sentía nada por ella, pero le gustaba su compañía y sobre todo su forma de hablar (sin parar) de la música, envidiaba la pasión que ponía al componer canciones para su nuevo grupo, The Shonen Knife. Él jamás había sentido nada parecido, ni siquiera cuando le regalaron un lienzo con pinturas unas Navidades. Era como si estuviese esperando una habilidad que consiguiese evadirle del mundo cuando se tornaba insoportable, y que nunca aparecía.

Pero en aquella habitación podía desplegarse. Y lo hace. Llega al estado de semi-inconsciencia tumbado en la cama. Flota. El mundo se ralentiza y obtiene otras perspectivas que desconocía. Juega con su estado de ánimo y el reproductor de Windows Media, mientras saborea un helado de nueces. No hay más.





Kolniður og dimmur lekur blek


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5 comentarios:

  1. Supongo que todos "envidiamos" las habilidades que no poseemos, y subvaloramos las que desarrollamos...

    Un detalle importante para saber si era realmente feliz en verano es si tenia aire acondicionado en su habitación...

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  2. ah! se me olvidaba...

    y gracias por acordarte de mi, mamimi! :)

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  3. ai leche... que es verdad que el texto dice que no habia aire...

    Dioss, eres mi idolo, eres el lider del estoicismo metamorfoseado con buda...

    realmente, no eres humano si tambien vives en sevilla

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