Emerick apoyó su cabeza contra la ventana, el traqueteo lo mareaba aun más. Se puso erguido y leyó uno de los pequeños carteles que esa semana habían pegado dentro del vagón:
En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir;
Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.
Pensó en Jocelyne, en Lea y en Clodette. Intentó memorizar la poesía. Se bajo en la siguiente parada. Subió las escaleras mecánicas y vió la luz del día. La gente estaba vestida de domingo. No hacía frio. Llegó a casa, todo estaba tal cual lo dejó: platos sucios en su habitación, el albornoz en la cama, olor a cerrado y el ordenador encendido. Se quitó la sudadera y se sentó frente a la pantalla, la miró fijamente, buscaba una respuesta, buscaba La respuesta.
Quedan setenta y cinco días para finalizar el año, ¿qué voy a hacer?
Has mezclado muy bien la historia,con la imagen y con la música...
ResponderEliminarYo también soy de los que tienen revelaciones especiales o acontecimientos internos emocionales, que transcurren mientras viajo.
ResponderEliminarMe encanta la parte final de esta pequeña historia de Emerick…
Porque me gustan las personas que buscan respuestas (si, como a aquel duende irlandés).
75 días…
1-9-7-5, El año de Alguien voló sobre el nido del Cuco, podrías volar, lejos de la cordura cotidiana.
O hacer locuras con cuerdas, ponerte melenas trenzadas.
Podrías ir a un observatorio donde dejen entrar a visitas, y mirar el cosmos (yo nunca lo he hecho, pero está en mi lista, aunque quizás me desilusiones, nunca se sabe).
O
Hacerle una foto al año nuevo, diferente, original, acabar el viejo haciéndole un regalo.
Podrías hacer tantas cosas, que no me caben en el comentario.
Tantas…
Que no te caben en el calendario
El año acaba cada día. Pero duele menos si pensamos que sólo acaba una vez cada trescientos y pico de días.
ResponderEliminary yo también me pregunto ¿que voy a hacer?
ResponderEliminar¬¬ Formamos una asociación?
ResponderEliminarsi te te quedas con el hacer* (en rojo) a mi me dejas el voy* en azul y con puntos suspensivos...
Vuestras palabras me alegran muchos minutos de las veinticuatro horas del día.
ResponderEliminar..Gracias
Tngo problemillas con el feed por eso no salen mis actualizaciones :S (cuando comento es que rondo por el blog y he actualizado, es el unico truco del almendruco que tngo para hacerme saber)
ResponderEliminarp.d tu ya sabes que mis palabras las tienes para cuando las necesites ;)