- ¿Quién ha dicho que quiera hacerlo? Sólo sobrevivo... ¿no has escuchado eso de dejarse llevar?.- Contestó con una media sonrisa.
- No te lo aconsejo.
- ¿Qué otra cosa iba a hacer?
- ¡Siempre se puede hacer algo!
- Pero llega un momento en el que no quieres nada, Quieres descansar y ser mecido por las olas. .- Fue apagando su voz.- Hoy me ha llamado.- Dijo casi susurrando.
- Déja que adivine, sigue con lo mismo, ¿no?
- ...Ese no es el problema, el problema siempre he sido yo. El problema es que no he sentido nada. Y luego tampoco.. ni siquiera ahora.
- Los nadas y siempres suelen ser peligrosos, tanto como los nuncas...
- ¿Y por qué me da igual? Esto no es sano.
- ...
... y no sentir nada.