miércoles, 25 de mayo de 2011

Á lífi

Son las dos y diecisiete de la madrugada. Hoy sí importa el mes y el año. 






El sentido de las relaciones humanas siempre ha sido aprender. Es un click en el cerebro para impulsarte. Inteligencia verbal. Es un soy capaz. Y llegar y pensar lo has hecho. Pues claro. Es posible. Como antes te decía, me motivan los cambios. Y las personas. Me atraen, me dan miedo, me tientan, me hacen querer saber más. La evolución. Es sentir que ha pasado un año con todos sus días, horas, minutos incluso con algunos segundos que se hicieron interminables. Es sentir que justo ahora me gusta estar aquí. Aunque no haya encontrado el sentido que proponía Viktor Frankl. Pues cada día va cambiando. Y habrá veces que no lo encontrarás. Eso está claro. Sabes qué? Creo que este año has aprendido el doble. Puede ser confuso, es cuestión de parar el tiempo que necesites. Es cuestión de pensar. De coger la bicicleta y volver por la noche a casa sintiendo como el viento acaricia tu cara, tu pelo. Dirigir la mirada a cada persona con la que te cruzas. Y sonríes y te ríes, justo por eso mismo. O caminar por ese pasaje secreto para comprobar un presentimiento. Jugar. Entrar. Hacer algo porque quieres. Sin que nadie sepa donde estás. Ir en zigzag. Me explico? Y confía en mi. Al final llegas a alguna parte pero ( y esto es importante )  tienes que abrir la puerta.






Ahora suena en el reproductor Sæglópur, qué mejor, no?